Sospecho que a Rajoy le preocupa más no haber sido
espiado por Estados Unidos que haberlo sido. Si el imperio espía a 35 líderes
mundiales y tú no estás entre ellos, verdaderamente es que no vales un
pimiento. Y se diría que todo se reduce a eso: a que hablen de ti, a tu pequeño
poder personal, a la pompa y el lucro. La realidad política cada vez me resulta
más disparatada, más narcisa y más banal. Como esa desopilante fundación creada
y presidida por Felipe González para estudiarse a sí mismo.
La vida real marcha por otro lado. El pasado domingo
estuve en el parque del Retiro para aprovechar la esplendidez del día y el
incendio de las hojas de otoño. Vi familias que habían colgado banderitas y
globos de colores entre los árboles para celebrar una fiesta infantil al aire
libre. Vi parejas besuqueándose, abismados el uno en el otro; vi perros
felices, con las colas girando como las aspas de un helicóptero, y críos
pequeños entregados a esa excitación nerviosa, a esa especie de borrachera que
produce en los niños la alegría. Vi hombres y mujeres con patines, corriendo en
pantalón corto, con bicicleta, vestidos de novios y haciéndose fotos; y a una
maravillosa pareja de octogenarios muy bajitos que caminaban lentamente de la
mano. También vi a muchos ancianos deteriorados e impedidos; a personas con
discapacidades físicas o psíquicas (gente con diversidad, como se llaman
ellos), algunos atados a sus sillas de ruedas. Y vi a una pareja de
treintañeros sentada en un banco y rodeada de bultos y maletas… Quizá fueran el
producto de un desahucio, de un desalojo; atardecía y empezaban a sacar mantas
de los hatillos para hacer frente al relente. La vida estallaba en el Retiro,
en fin, en toda su gloria, toda su lucha y toda su pena. Era emocionante. Los
políticos deberían bajarse del coche oficial y ponerse a pasear de vez en
cuando.
(Rosa Montero, El País de
29/10/2013)
a)
Enuncie el tema (0,5 ptos.);
El tema de este texto es la gran distancia
entre las preocupaciones de los políticos y las de las personas a las que
gobiernan.
b)
detalle las características lingüísticas y estilísticas del texto (1,75 ptos);
El texto que vamos a comentar es un
ejemplo del tipo argumentativo. Por lo tanto, la función del lenguaje dominante
va a ser la expresiva. También va a ser muy importante la función poética. Los
rasgos lingüísticos y estilísticos que encontraremos estarán conectados con
estas dos funciones.
Respecto de la primera, la expresiva, es
previsible la presencia de verbos de opinión (“Sospecho”, “me resulta”) y en
todo caso ejemplos del uso de primera persona: “estuve”, “vi”. Al mismo fin, a
expresar la subjetividad del autor, tienden las abundantes expresiones
modalizadas. Muchas son despectivas (“el imperio”, “narcisa”, “desopilante”),
pero otras muestran afecto, como los diminutivos (“banderitas”, “bajitos”),
adjetivos (“abismados”, “maravillosa”), verbos (“besuqueándose”), sustantivos
(“gloria”). Son también ejemplos de subjetividad algunas oraciones en modalidad
oracional dubitativa (“Quizá fueran…”, “se diría…”) o exhortativa (“Los
políticos deberían…”).
En relación con los rasgos estilísticos,
que tienen mucho que ver con la función poética, destacan en primer lugar las
numerosas figuras retóricas. Sobre todo, las metáforas: “La vida estallaba en
el Retiro”, “atados a sus sillas de ruedas”, “bajarse del coche oficial”,
“abismados el uno en el otro”, algunas nítidamente literarias, como “el
incendio de las hojas de otoño”. Junto a las metáforas hay personificaciones
(“La vida marcha por otro lado”), comparaciones (“como las aspas de un
helicóptero”), enumeraciones tan marcadas como la que recorre todo el segundo
párrafo (“Vi familias…, vi parejas… vi hombres y mujeres…”), contrastes (“toda
su gloria, toda su pena”). Un rasgo de estilo bastante definido es la
alternancia de un tono formal generalizado, incluso con expresiones cultas como
“desopilante”, con otras muy coloquiales como “no vales un pimiento”, el uso
impersonal de la segunda persona (“todo se reduce a que hablen de ti, a tu
pequeño poder personal”) o algún neologismo poco feliz como “esplendidez”.
También encuentro estilo en la bien lograda estructura: un primer párrafo de
tono duro para hablar (en presente) de los políticos, un segundo párrafo
presidido por la dulce descripción (en pretérito) de la gente común y el
cierre, la última frase del texto, que vuelve a conectar con el primer párrafo.
Para terminar, tengo que decir que noto
cierta molesta tendencia a las enumeraciones de tres elementos: “más
disparatada, más narcisa, más banal”, “a que hablen de ti, a tu pequeño poder
personal, a la pompa…”.
c) Indique qué tipo de texto es (0,25 ptos.)
Por las funciones del lenguaje presentes y
por los rasgos lingüísticos vemos que se trata de un texto argumentativo. Por
su extensión y actualidad podemos deducir que es un texto periodístico de
opinión, probablemente una columna.
2)
Redacte un resumen del contenido del texto. (1 pto.)
En este texto, la autora enumera
las diferentes personas que vio en sus distintas actividades: paseando,
haciendo deporte, descansando, etc, mientras daba un paseo por el Retiro. Ello
le lleva a pensar en lo poco que se parecen las preocupaciones de la gente
normal con las de los políticos, al hilo de las últimas revelaciones del caso
de espionaje en Estados Unidos.
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